POKTLAN
Usuario Nuevo
Nunca hubiera imaginado ser yo el que más atesorara esta historia:
Recuerdo las tardes de los sábados como cuando recuerdo los filtros de caja o los calentadores con arenita, cuando nadie sabía de la dichosa bacteria y cuando cambiábamos toda el agua de la pecera y hervíamos la grava para que todo estuviera bien desinfectadito, recuerdo muchas cosas que hacíamos mal pero recuerdo una que hacíamos muy bien y eso eran los sábados de acuarios familiares y era cuando juntos recorríamos todos los acuarios de ésta minúscula ciudad en busca de novedades, mi padre, con su orgullosa pecera de 300 litros. instalada de manera presuntuosa en su oficina y con su incomparable pasión por los animales. Mi hermana con la teoría interesante pero con el acuario 40 litros más desalineado de la historia. Mi madre, la que de todos era la que menos tiempo tenía para (como ella pensaba) "frivolidades" disfrutando de esa deliciosa tarde, descansando a solas mientras preparaba la comida -casi merienda- que nos comeríamos cual trogloditas a eso de las ocho de la noche cuando regresábamos emocionados con 7 u 8 de esas bolsas infladas con oxígeno en las manos y después de haber recorrido los pocos acuarios que valían la pena en la ciudad, y uno que otro de esos changarros rascuaches en los que jamás comprarías un pez pero el tipo que lo atiende te cae muy bien. Y yo, con apenas un beta o un basilisco que compré sin mucha conciencia de lo que implicaba y a quien le daba lo mismo un gato zúngaro que la última erupción del Iztaccíhuatl, pero debo decirles que me le encantaban los "sábados de acuario" en familia y todo lo que eso implicaba y por eso les seguía el juego a todos.
Al momento que escribo esta presentación han pasado unos 20 años o algo así, mis padres llevan 13 o 14 años de divorciados pero se llevan bien hoy en día, mi hermana no terminó su carrera de veterinaria pero se ha casado con un tipo que solía ser mi amigo, yo me casé poco después y vengo saliendo de una crisis de esas que casi no se dan en un matrimonio, en los últimos 2 o 3 años apenas he tenido contacto con el viejo y mi la relación con mi madre podría ser mejor si no es por el hecho de que trabajamos juntos, mi hermana tuvo el valor de crear una familia hermosa y yo he decidido no tener hijos así que parece que hoy tenemos en común ella y yo lo mismo que un kulli de Sumatra y un perrito de la pradera,.. haaaaaa y por cierto; jamás concluí la carrera pero tras emplearme unos años con sueldo de pasante en constructoras y despachos, fundé mi propio acuario.
Para que esto vaya bien debo confesar a ustedes que tal vez durante estos últimos años me he preocupado más por los balances que por la pasión y el hobby, he antepuesto el valor del dinero al valor de la vida, y he mentido a mis clientes haciéndoles creer que sé algo de lo que en realidad no tengo ninguna idea, en resumen: me preocupé únicamente por las utilidades y debo confesar que el negocio no va mal.
Siempre he tenido empatía con esos clientes que trabajan toda la semana en algo que no les apasiona para poder comprarse el accesorio carísimo y pasar los siguientes días montándolo en su acuario ya que así justamente era mi padre, se gastaba el dinero ganado con el ceño fruncido en disfrutar y convivir un sábado más con su familia.
Después de ingerir los alimentos que mi madre nos había preparado durante la tarde empezaba el verdadero ritual de aclimatar a los peces, plantar una que otra hierva e instalar el adorno de resina epóxica, mi madre hacia un par de preguntas a mi papá así como fingiendo que le interesaba el tema y los 4 platicábamos las experiencias del día frente a la pecera mientras nos iba venciendo el sueño uno a uno, por supuesto tu siempre eras el último en ir a la cama.
Extraño bastante las pláticas acuarísticas de mi padre, y a mis treinta y tantos extraño más que nunca los sábados de acuarios en familia, espero que re-encontrándome con el acuarismo me pueda re-encontrar con mi familia, mi esposa, mi negocio y conmigo mismo, por eso me inscribo, porque lo quiero hacer bien esta vez y porque quiero conocer gente que le dé más importancia a la belleza de un pez que a un like en una selfie, que se preocupe más por el nacimiento de un guppy que por el marcador de un partido, que dedique su tiempo a su pasión y que inculque a sus hijos la capacidad de admirar la naturaleza contrario a la capacidad de matar a los soldados de un videojuego, gente más como mi papá en pocas palabras.
Me presento, a partir de hoy me conocerán como Poktlan
Gracias a los que se han tomado el tiempo de leerme.
Recuerdo las tardes de los sábados como cuando recuerdo los filtros de caja o los calentadores con arenita, cuando nadie sabía de la dichosa bacteria y cuando cambiábamos toda el agua de la pecera y hervíamos la grava para que todo estuviera bien desinfectadito, recuerdo muchas cosas que hacíamos mal pero recuerdo una que hacíamos muy bien y eso eran los sábados de acuarios familiares y era cuando juntos recorríamos todos los acuarios de ésta minúscula ciudad en busca de novedades, mi padre, con su orgullosa pecera de 300 litros. instalada de manera presuntuosa en su oficina y con su incomparable pasión por los animales. Mi hermana con la teoría interesante pero con el acuario 40 litros más desalineado de la historia. Mi madre, la que de todos era la que menos tiempo tenía para (como ella pensaba) "frivolidades" disfrutando de esa deliciosa tarde, descansando a solas mientras preparaba la comida -casi merienda- que nos comeríamos cual trogloditas a eso de las ocho de la noche cuando regresábamos emocionados con 7 u 8 de esas bolsas infladas con oxígeno en las manos y después de haber recorrido los pocos acuarios que valían la pena en la ciudad, y uno que otro de esos changarros rascuaches en los que jamás comprarías un pez pero el tipo que lo atiende te cae muy bien. Y yo, con apenas un beta o un basilisco que compré sin mucha conciencia de lo que implicaba y a quien le daba lo mismo un gato zúngaro que la última erupción del Iztaccíhuatl, pero debo decirles que me le encantaban los "sábados de acuario" en familia y todo lo que eso implicaba y por eso les seguía el juego a todos.
Al momento que escribo esta presentación han pasado unos 20 años o algo así, mis padres llevan 13 o 14 años de divorciados pero se llevan bien hoy en día, mi hermana no terminó su carrera de veterinaria pero se ha casado con un tipo que solía ser mi amigo, yo me casé poco después y vengo saliendo de una crisis de esas que casi no se dan en un matrimonio, en los últimos 2 o 3 años apenas he tenido contacto con el viejo y mi la relación con mi madre podría ser mejor si no es por el hecho de que trabajamos juntos, mi hermana tuvo el valor de crear una familia hermosa y yo he decidido no tener hijos así que parece que hoy tenemos en común ella y yo lo mismo que un kulli de Sumatra y un perrito de la pradera,.. haaaaaa y por cierto; jamás concluí la carrera pero tras emplearme unos años con sueldo de pasante en constructoras y despachos, fundé mi propio acuario.
Para que esto vaya bien debo confesar a ustedes que tal vez durante estos últimos años me he preocupado más por los balances que por la pasión y el hobby, he antepuesto el valor del dinero al valor de la vida, y he mentido a mis clientes haciéndoles creer que sé algo de lo que en realidad no tengo ninguna idea, en resumen: me preocupé únicamente por las utilidades y debo confesar que el negocio no va mal.
Siempre he tenido empatía con esos clientes que trabajan toda la semana en algo que no les apasiona para poder comprarse el accesorio carísimo y pasar los siguientes días montándolo en su acuario ya que así justamente era mi padre, se gastaba el dinero ganado con el ceño fruncido en disfrutar y convivir un sábado más con su familia.
Después de ingerir los alimentos que mi madre nos había preparado durante la tarde empezaba el verdadero ritual de aclimatar a los peces, plantar una que otra hierva e instalar el adorno de resina epóxica, mi madre hacia un par de preguntas a mi papá así como fingiendo que le interesaba el tema y los 4 platicábamos las experiencias del día frente a la pecera mientras nos iba venciendo el sueño uno a uno, por supuesto tu siempre eras el último en ir a la cama.
Extraño bastante las pláticas acuarísticas de mi padre, y a mis treinta y tantos extraño más que nunca los sábados de acuarios en familia, espero que re-encontrándome con el acuarismo me pueda re-encontrar con mi familia, mi esposa, mi negocio y conmigo mismo, por eso me inscribo, porque lo quiero hacer bien esta vez y porque quiero conocer gente que le dé más importancia a la belleza de un pez que a un like en una selfie, que se preocupe más por el nacimiento de un guppy que por el marcador de un partido, que dedique su tiempo a su pasión y que inculque a sus hijos la capacidad de admirar la naturaleza contrario a la capacidad de matar a los soldados de un videojuego, gente más como mi papá en pocas palabras.
Me presento, a partir de hoy me conocerán como Poktlan
Gracias a los que se han tomado el tiempo de leerme.
